Letra L

Libertad

Libertad. He aquí una de las palabras más hermosas en la historia de la humanidad. Una de esas palabras que ha inspirado los mejores discursos políticos de la historia, que ha dado lugar a los documentos fundacionales mejor escritos y que ha inspirado los más románticos poemas.

Libertad es una de las esas palabras que leemos y escuchamos a diario. Que apreciamos y escribimos. Pero, ¿alguna vez nos habíamos detenido a pensar en su definición? ¿Alguna vez te has detenido a pensar qué es la libertad?

Si es así, este artículo te va a gustar. A continuación, te contaremos todo lo que necesitas saber sobre la libertad.

¿Qué es la libertad?

Pero, antes que todo, empecemos por lo básico. ¿Qué es la libertad?

En un sentido básico, entendemos por libertad a aquellos capacidad humana de hacer lo que se quiera sin mayores restricciones. La libertad se entiende como esa voluntad de los seres humanos de llevar a cabo determinadas acciones sin que haya alguien o algo que se lo impida.

La libertad nace, en esencia, de una relación conflictiva con la autoridad. La libertad reflexiona constantemente hasta qué punto todas las libertades que le cedemos a la autoridad lo hacemos conscientes de la gran cantidad de libertad que estamos perdiendo.

Y mucho más importante aún, la libertad se plantea si lo que estamos recibiendo a cambio de lo que estamos cediendo es tan valioso como para prestar o enajenar parte de nuestra libertad.

Pero esto es solo un concepto básico. La libertad ha sido uno de los conceptos más debatidos, estudiados y reflexionados en la historia de la humanidad. Desde la filosofía al derecho, pasando por la antropología y la ciencia política, ha sido la libertad objeto de apasionantes discusiones que aún no se han cerrado.

Aquí repasaremos algunas.

Libertad y derecho

Por años, el debate sobre la libertad se centró en el plano jurídico. Y pese a que aún sigue siendo así en la mayoría de países del mundo, hoy este debate es apenas uno en el amplio universo de discusiones por las cuales pasa la libertad.

En el plano jurídico, el debate es simple: ¿Hasta qué punto las leyes te prohíben o te permiten hacer cosas a tu voluntad?

Para este ángulo del debate, por ejemplo, la libertad llega cuando a las mujeres se les permite votar o cuando se abolió la esclavitud, o cuando a los negros de los Estados Unidos se les permitió sentarse en la mesa que quisieran en cualquier restaurante. Para el plano jurídico, la libertad va definida por la ley. Si la ley te permite hacer cosas, eres un hombre o una mujer libre. Si la ley te prohíbe hacer demasiadas cosas, puede que no seas alguien libre.

Sin embargo, como ha demostrado la historia este ángulo del debate es insuficiente para entender un tema tan complejo como lo es la libertad.

Libertad, economía y política

Las leyes las hacen los hombres. Y contrario a lo que dice el pensamiento convencional de que las hacen pensando en el bien común, esto no es cierto. Las leyes se hacen por una determinada élite política que ve en ellas las herramientas ideales para moldear su proyecto político.

Por eso, en determinados momentos de la historia, grandes atrocidades como la colonización, la esclavitud o incluso el exterminio judío, eran legales. Porque como ha demostrado cientos de veces la historia: que esté escrito en las leyes, no quiere decir que sea bueno o que sea moralmente correcto.

En este sentido, la economía y la ciencia política han debatido ampliamente el concepto de libertad para encontrar en ella la razón o la causa de los bienes o males que viven grandes sociedades.

En el caso de la economía, ha encontrado en la libertad personal de los individuos la razón fundamental de la riqueza de las naciones. Individuos que en atención a su propia creatividad crean productos y los intercambian con otros a cambio de dinero, incluso entre países, son el motor que hace avanzar la historia y la sociedad.

Bajo esta premisa, ¿Cuál debe ser el objetivo de los gobiernos? Promover la libertad.

En el caso de la ciencia política, el debate es similar. Sin embargo, esta ha creado dos conceptos para desarrollar un poco más el tema de la libertad: libertad positiva y libertad negativa.

La libertad positiva es todo aquello que yo puedo hacer sin restricciones. Y la libertad negativa es todo aquello que me pueden permitir hacer desde el Estado. En este sentido, el objetivo fundamental de un buen gobierno debe ser fomentar el nivel correcto de ambas libertades para que los seres humanos puedan alcanzar un máximo nivel de realización por sí mismos sin depender de ningún gobierno.

Libertad y filosofía

La libertad ha sido uno de los conceptos más estudiados en la filosofía. En esencia, para la gran mayoría de filósofos la libertad es la piedra angular de la sociedad.

Es la libertad la que permite a los seres humanos, contrario a las convenciones sociales o a las presiones de sus padres, dedicarse con todo su ser a ser pintores o artistas o escritores.

Es la libertad la que da el último empujón necesario para que nos animemos a conocer ese país que tanto queremos y a vivir esas experiencias que hace tanto habíamos querido.

Pocas veces se dice tan claro, pero aquí nos vamos a tomar el atrevimiento de decirlo: la libertad es, en esencia, la fuente de la felicidad.

Libertad, la fuente de la felicidad

La libertad ha inspirado himnos y poemas. Ha motivado a los hombres a luchar en guerras y ha inspirado la lucha por los derechos civiles en el mundo.

Si hay un concepto al cual le debemos nuestro estilo de vida y por el que vale la pena seguir peleando y luchando en cada contexto, ese es el de la libertad.

“Libertad, igualdad y fraternidad”. Este es el lema de la Revolución Francesa. Mantengamos vigente la defensa de estos ideales y sin duda tendremos un mundo mejor.

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